Publicado el Deja un comentario

Pausa Mindful

Vivimos en la era de las prisas y ya nadie está acostumbrado a esperar. Hemos perdido la paciencia y la tolerancia a la espera. Nos hemos convertido en seres inmediatos y reactivos.

No es de extrañar que, como sociedad, nos enfrentamos a enfermedades como trastornos ansiosos cronificados que antes eran minoritarias y que ahora azotan a niños desde los 10 años.

En este contexto, si no aprendemos a frenar el mundo nosotros, el exterior nos engulle, llevándose nuestra vida, nuestras sensaciones, nuestro estar aquí se queda atrapado en el túnel de la prisa.

La buena noticia es que el freno lo ponemos nosotros.

La buena noticia es que el freno lo tenemos nosotros.

Podemos aficionarnos a las muy inocuas pausas mindful. Tú estarás reconectando y nadie a tu alrededor se dará ni cuenta.

  1. Pausa mindful, café mindful, cigarro mindful

Date cuenta de todas las oportunidades que se te presentan diariamente para retomar el control y parar la vorágine de pensamientos que se dirigen al futuro (cómo será mi día, qué tengo para hacer, recordar tu seguidilla de reuniones o de cosas que has dejado sin acabar, etc) y al pasado.

  1. Úsalas

En muchas ocasiones tendrás la tentación de tomar tu celular y pasar el rato. Intenta resistirte, el celular sólo te engulle un poco más, aunque de una forma diferente. Observa cómo te cansa y te aporta un poquito más de ansiedad y ruido mental. Tus pausas ordinarias están aquí para que salgas de la rueda y vuelvas a la vida. Mientras estés en tu break no dejes que el futuro o el pasado campen a sus anchas.

  1. Hazte turista en tu vida

La forma más fácil de entender la desconexión mental que aporta el mindfulness es recordar cómo te sientes cuando estás en un sitio nuevo, con todo el tiempo del mundo y con la actitud abierta a explorar y descubrir.

Sigue estos 3 pasos, siente tu presente, respira tu viaje en metro, reinventa tus espacios ordinarios y todo el resto se acomodará para mejor.

Fuente: Ruiz Stinga Studio (agradecemos a Carina Stinga su permiso para poder compartir este artículo)

Publicado el Deja un comentario

Máquinas expendedoras en Japón

Las van a encontrar en todas partes, incluso en los rincones más recónditos del país como en medio de una ruta rodeada de huertas o en la cima del mismísimo monte Fuji.

Con más de 2 millones de máquinas expendedoras de bebidas en el país, Japón tiene la mayor densidad del mundo.

Antecedentes históricos

La cantidad significativa de máquinas expendedoras en Japón, comparado con otros países del mundo, se relaciona con diversos factores. Históricamente, las máquinas expendedoras comenzaron a ser utilizadas en la década del 60 del siglo pasado y se piensa han sido exitosas gracias al bajo índice criminal en Japón. Además, en 1967, el suministro de 100 yenes fue renovado y aumentado, haciendo más fáciles de usar a estas máquinas.

Otros factores importantes que han ayudado a mantener la presencia de las máquinas expendedoras es la gran densidad de población y la necesidad de comodidad para la población con empleos. Operando las 24 horas, todos los días del año, las máquinas expendedoras son realmente convenientes para saciar la sed y el hambre cuando ninguna tienda está abierta.

¿Que ofrecen?

Generalmente las expendedoras son de bebidas no alcohólicas frías (gaseosas, café, aguas) pero también podremos encontrar café caliente (en épocas de bajas temperaturas), sopas, bebidas alcohólicas, cigarrillos, etc.

La mayoría de esas máquinas funciona con dinero físico ya que Japón tiene muy arraigado el uso de dinero en efectivo, pero no se preocupen porque las máquinas siempre tendrán dinero para dar vuelto. Es posible que para evitar contacto físico y eliminar riesgos de contagio de enfermedades, el ritmo de recambio a medios de pago digitales se haya acelerado, pudiéndose optar por pago con celular y tarjetas de crédito o Suica.

Las siguientes fotos son algunas curiosidades que hemos encontrado en nuestros viajes.

Referencias:

Matcha – Guía de máquinas expendedoras japonesas – Cómo usarlas y datos poco conocidos

Publicado el Deja un comentario

Lectura recomendada: Hanshichi, un detective en el Japón de los samuráis

Tal vez a este libro no lo tengan en el radar como sucedería con alguno de Mishima, Akutagawa, Murakami, etc.

El mismo es un policial japonés titulado «Hanshichi, un detective en la época de los samurai», ed. Quaterni (España) y una selección de cuentos de la obra original 「半七捕物帳 」que se pronuncia «Hanshichi torimonochō» o «Los expedientes de Hanshichi».

Hanshichi, personaje creado por el escritor y dramaturgo Okamoto Kidō (岡本綺堂), es un detective cuya profesión y juventud se desarrolla en el siglo XIX durante el período Edo. O sea en los últimos años del Japón feudal, antes de que viniera la Restauración Meiji. Este libro compila las memorias de un Hanshichi en su vejez (ya adentrado en la Meiji) y está relatado como si el mismo Okamoto fuera testigo y amigo del detective.

Okamoto, fue autor de obras de teatro kabuki, quien atraído e influenciado por la literatura occidental (principalmente por Conan Doyle) y por sugerencia de sus allegados, decidió escribir una serie de detectives.

Lo interesante de este libro, es que si bien las historias de Hanshichi no poseen ese extremo raciocinio de Sherlock Holmes y sus historias son relativamente simples, sirve como documento histórico sobre la vida en el antiguo Edo (actual Tōkyō), el sistema de castas, las costumbres, las supersticiones y las referencias a obras de kabuki.

Otro aspecto a tener en cuenta, es que parece ser la primera traducción de esta obra directo al español, sin pasar por inglés como idioma intermedio. Las notas son muy explicativas y serán de agrado para los estudiantes de japonés.

Esta editorial tiene otras obras japonesas traducidas, por lo que recomendamos visitar el sitio de la misma.

Publicado el Deja un comentario

Utsurobune: una leyenda de OVNIS del Japón del siglo XIX

En 1803, una nave redonda encalló en la costa japonesa y una bella mujer emergió de la misma, vistiendo una vestimenta extraña y transportando una caja. Era incapaz de hacerse entender con los locales y su nave estaba marcada con una extraña escritura. Esta historia de una utsurobune, o “nave hueca” en la provincia de Hitachi (actual Prefectura de Ibaraki), se encuentra en muchos registros del Período Edo (1603–1868).

Del Hyōryūki-shū (Registro de náufragos) por un autor desconocido. Describe una mujer de alrededor 18 a 20 años de edad, bien vestida y hermosa. Su rostro es pálido y sus cejas y cabello son rojos. Es imposible comunicarse con ella, por lo que no es posible saber de dónde es. Sostiene una caja lisa de madera como si fuera algo muy importante para ella y mantiene su distancia. Hay unas frases misteriosas escritas en el bote. (Biblioteca Iwase en Nishio, Prefectura de Aichi)

Existen otras tradiciones orales sobre «naves huecas» a lo largo de todo Japón en el Período Edo. Tanaka Kazuo, profesor emérito de la Universidad de Gifu, enfocó su investigación en varios documentos que describe el incidente de Hitachi de 1803, e incluye ilustraciones de una bella mujer en una nave extraña.

Uno de los registros mejor conocidos es Toen shōsetsu (Cuentos Toen), una colección de historias fantásticas de 1825, la cual fue escrita por el círculo literario Toenkai. Otros son Ume no chiri (Polvo de ciruela) de Nagahashi Matajirō del año 1844 , como también colecciones como Ōshuku zakki (Nota de Ōshuku), Hirokata zuihitsu (Ensayos por Hirokata), y Hyōryūki-shū (Relatos de náufragos), que compilan historias de naves extranjeras varadas en Japón y de marineros japoneses que arribaron del extranjero.

El folclorista Yanagita Kunio una vez dijo que todas las leyendas de utsurobune son ficciones infundadas. «Pero en el caso del utsurobune de Hitachi, existe una clara diferencia de otras historias alrededor del país» dice Tanaka. «Primero que se especifica que ocurrió en 1803. Y además es extraño que hayan ilustraciones de una nave que hiciera recordar a un platillo volador. Siento que probablemente sea la historia de algo que realmente ocurrió. Japón estaba realmente aislado en ese entonces, por lo que un naufragio de una nave extranjera o de una persona extranjera que hubiera arribado al país hubiese sido un evento importantísimo, y un oficial del gobierno hubiese investigado y dejado un registro público del mismo.»

Del Ōshuku zakki (Notas de Ōshuku; circa 1815) por Komai Norimura, un vasallo del poderoso daimyō Matsudaira Sadanobu. (Biblioteca del Congreso Nacional)

Existen innumerables misterios conectados con las “naves huecas”, como el significado de la escritura en su interior. Tanaka tiene una teoría de que las mismas le recuerdan a letras pseudo-romanas, a veces vistas en el borde de impresiones de ukiyo-e. «Pudo haber sido algo simplemente decorativo. Sin embargo, ¡no es imposible que descubramos evidencia de una escritura alienígena!» dice riéndose. «Es probable que hubieran descubrimientos importantes de material actualmente desconocido, relacionado con los utsurobune y nuevas revelaciones. Esta leyenda es muy atractiva porque es posible encontrarse con teorías muy variadas. Tener una historia como esta en Japón —140 años antes que los avistajes de OVNIS en Estados Unidos— que estimula la imaginación a este punto, me recuerda lo fascinante que puede ser la cultura japonesa».

Fuente: Nippon.com – “Utsurobune”: A UFO Legend from Nineteenth-Century Japan (extracto del original en inglés)

Publicado el Deja un comentario

NIKSEN, el “arte de no hacer nada”

Estar ultra ocupado se ha convertido en símbolo de estatus e identidad (al menos en ciertos ámbitos y clases sociales), y corremos de un lado a otro para terminar con todas las tareas con las que nos sobrecargamos, y el no hacer nada tiene mala prensa.

Niksen es un término de origen holandés que define la inactividad del individuo con la intención de apaciguar la mente, para recuperar la productividad, la eficacia y la agilidad mental.

El niksen básicamente propone centrarse en la inactividad consciente, como respuesta a la sobreocupación y el acelere moderno.

Los beneficios de no hacer nada

Para esclarecer el concepto, el niksen consiste en dedicar tiempo y energía, de manera consciente y calculada, a hacer cosas como mirar por la ventana o permanecer sentados e inmóviles. Los menos informados dirán que estas actividades son propias de gente “floja” o que son un “desperdicio”. La clave es realmente dejar las tareas ‘productivas’ de lado y permitirle a la mente vagar, sin estar pensando en términos de resultados.

Estudios científicos y corrientes educativas se empeñan en demostrar que dejar que los chicos se aburran o que los adultos no hagan mucho por un rato tiene beneficios para cuerpo y mente.

Sandi Mann, una psicóloga de la Universidad de Lancashire Central, en el Reino Unido, estudia la relación entre el daydreaming (soñar despierto), un efecto inevitable de la inactividad, y la creatividad. “Nos vuelve literalmente más creativos, mejores para solucionar problemas, más capaces de tener ideas originales. No obstante, para que eso suceda, se necesita un momento de inactividad total. Hay que dejar que la mente busque sus propios estímulos”, explica Mann. Aunque los efectos casi inmediatos del ocio premeditado no sólo se ven sobre nuestra capacidad creativa, también sobre nuestra facilidad para relajarnos, dormir y disfrutar actividades en general.

En cambio, el impacto real de estar todo el tiempo ocupados produce el conocido síndrome de desgaste profesional o burnout, trastornos de ansiedad y  otras enfermedades relacionadas con el estrés. Especialistas en productitvidad y problem solving (resolución de problemas) plantean que una mente que no para, no sirve de mucho.

¿Cómo practicar el ocio «obligado»?

A la pregunta de si el niksen es similar al mindfulness o a la meditación, hay que aclarar que es algo mucho más simple. “No se trata de permanecer en el momento y ser consciente de lo que te rodea, como el mindfulness, sino que se trata de permitirte no hacer nada, de dejar que tu mente vaya donde quiera sin sentir culpa. Es una forma de recuperación mental en reposo y mientras se está despierto”, señala Olga Hamming, coach que utiliza esta metodología para combatir el estrés.

¿Por dónde empezar? Basta con hacer unos 20 minutos de pausa en la jornada, tomarte un té mientras miras por la ventana, salir a estirar las piernas o simplemente quedarte tirado en la cama mirando el techo. Puede que al comienzo te cueste dejar ir las preocupaciones y los deadlines, o la mera culpa por estar ‘perdiendo tiempo’. Pero es un proceso que de a poco se va aprendiendo, y, como bonus track, le permite a las neuronas establecer nuevas conexiones, según los neurocientíficos.

1 – Busca el tiempo para no hacer nada y hazlo con decisión e intención. Lo ideal es implementarlo cuando notas que estás en piloto automático.

2 – Establece las tareas que son una prioridad y las que te resultan placenteras. Siempre que sea posible, delega todas las demás. Enfocarte en lo que te resulta verdaderamente relevante puede ayudarte a crear espacios de tiempo libre en tu agenda.

3 –  Evita ser parte (ejecutor y promotor) de la cultura de la ultraocupación.

4 – Aprovecha las oportunidades ‘convenientes’ para practicar la inactividad, como cuando estás en una fila o esperando a que tus hijos salgan de la escuela.

5 –  Piérdele el miedo a decir «Nada» cuando alguien te pregunte qué estás haciendo durante un descanso. El lenguaje es cultura, y la forma en que hablamos sobre lo que nos pasa propicia comportamientos y lecturas (propias y ajenas). No tienes que dar explicaciones a nadie.

6 – No te desanimes si no empiezas a sentir de inmediato los beneficios de la inactividad. Quedarte sentado y quieto podría ser incómodo al principio.

7 – Crea tu espacio niksen. Para conseguir estas pequeñas pausas, es importante que encuentres o generes un entorno favorable a la desconexión, lejos del estímulo de pantallas y dispositivos. Puede ser en tu casa, en tu oficina, en un espacio verde.

Fuentes: El Cronista y The New York Times

Publicado el Deja un comentario

Los hoteles cápsula en Japón

Si hay algo por lo que Japón también es conocido, es por sus hoteles cápsulas. Pero no muchos conocen cómo son realmente. Existe el preconcepto que los mismos son incómodos, similar a estar dentro de un ataúd, y lo cierto es que no hay idea más alejada de la realidad.

Los hoteles cápsula están pensados para aquel empleado que perdió su último tren, o bien terminó ebrio en el after office y no puede volver a su casa en esa condición. Sin embargo, el turista que viaje solo y sin mucho equipaje, o está de paso por la ciudad, puede optar por esta opción ya que algunos tienen alguna buena ubicación (ej: frente a alguna estación de trenes).

En nuestro caso habíamos encontrado un hotel cápsula llamado Tamachi Bay Hotel, por la zona de la estación Tamachi de la línea de trenes Yamanote. Estando a metros de esta línea, es muy fácil moverse por la ciudad y para ir a los aeropuertos de Narita y Haneda.

Teniendo en cuenta que no sabríamos cómo calificar a un hotel cápsula ya que no posee estrellas, es destacable lo moderno y limpio (un denominador común en este país) que es. Los empleados hablan inglés y japonés, por lo cual los turistas extranjeros no tendrían problemas de comunicación. La forma de pago puede ser en efectivo o tarjeta de crédito a través de una computadora similar a un cajero automático.

En Japón existen hoteles cápsulas para hombres, para mujeres y mixtos. En este caso el hotel era mixto, y consta de dos pisos para hombres y uno para mujeres (es decir, separados).

Las cápsulas son realmente cómodas: cada una cuenta con televisor, radio, despertador, ventilación y un accesorio para colgar la ropa. También son lo suficientemente altas para que uno pueda estar sentado. Hay wifi de alta velocidad en todo el edificio.
Si bien las cápsulas poseen una cortina tipo blackout para darnos privacidad, no nos protege de las molestias que pudiera ocasionar algún vecino ruidoso.

¿Considerarían hospedarse aquí si viajaran a Japón? ¿Creen que podría aplicarse en sus países algún hotel de este estilo?

Publicado el Deja un comentario

Sanshin

Sanshin es un instrumento de cuerdas okinawense. Se escribe con los kanji 三線 y literalmente significa «tres cuerdas». La forma del mismo hace recordar al shamisen, porque básicamente el sanshin fue el prototipo del shamisen japonés.

El sanshin tiene como precursor al sanxian (三弦) chino, que fue introducido al Reino de Ryūkyū (actual Okinawa) en siglo XIV, ya que tenía estrechos lazos con China y junto al intenso intercambio marítimo comercial entre las diferentes pueblos del sudeste asiático, llevó a este reino a absorber la cultura de otras naciones.

Al igual que el sanxian, posee un mango largo y angosto, sin trastes. Este se continúa en una pica que atraviesa la caja de resonancia rectangular. La misma se construye con tapa y fondo de piel de habu (una serpiente okinawense) cubriendo las fajas de madera. Actualmente también se utilizan materiales sintéticos, aunque el sonido es un poco diferente.

El sanshin es el instrumento por excelencia en la cultura okinawense y me atrevería a decir que cada familia posee al menos uno en su casa. Forma parte del día a día de este pueblo.

Se lo utiliza en diferentes géneros musicales:

  • Música clásica rykyuana (琉球古典音楽, Ryūkyū koten ongaku): era la música de la corte y se ejecutaba para los nobles en el castillo de Shuri. La misma era ejecutada por funcionarios del reino
  • Popular o folclórica (民謡, Min’yo): era un género interpretado por los plebeyos y entre sus ritmos se encuentran las danzas eisā y kachāshī.
  • Nuevo folclore (新民謡, shin min’yō): folclore contemporáneo. Los mayores exponentes son Sadao China y Seijin Noborikawa.
  • Actual pop okinawense: Okinawa ha visto una gran influencia del rock debido a la ocupación militar norteamericana con el fin de la Segunda Guerra Mundial. Debido a esto, en décadas siguientes muchos músicos locales han realizado mezcla de estilos folklóricos con música electrónica. Ejemplo de esto son Rinken Band, Begin, etc.

¿Cómo suena un sanshin?

Cuatro estilos diferentes (tradicional y moderno) utilizando este instrumento

«Hiyamikachi Bushi» por UEMA Ayano

Nuestra playlist específica de sanshin.

Publicado el Deja un comentario

Bienestar Digital

Hoy en día, la tecnología está cumpliendo un rol importante en la vida de la mayoría de las personas más que nunca, pero ¿cómo podemos asegurarnos de que realmente nos ayude en lugar de distraernos, o incluso, de saturarnos?

Fuente: Medium

¿Estamos atentos a los malos hábitos que podemos llegar a desarrollar en nuestra forma de relacionarnos con la tecnología?  La adicción a ella es algo muy real, y no siempre somos conscientes de padecerla.

Para ello, GOOGLE ha desarrollado un curso donde podrás aprender a desarrollar y mantener hábitos tecnológicos saludables.

En este curso descubrirás por qué es fundamental usar la tecnología de forma saludable y cómo puedes ser más consciente del uso que le das a Internet. También conocerás las distintas herramientas que puedes usar para desarrollar y mantener hábitos tecnológicos saludables.

Se trata de un curso completamente gratuito, con duración de 1 (una) hora aproximadamente. Además, se encuentra subtitulada en español.

Características del curso:

  • Videos breves.
  • Contenidos creados por expertos.
  • Consejos fáciles de aplicar.
  • Acceso ilimitado.

Link para acceder:

https://learndigital.withgoogle.com/activate/course/digital-wellbeing

Les compartimos también el link de otro artículo muy interesante para leer:

“Las 6 señales que indican que tienes saturación digital”:

https://www.bioguia.com/tecnologia/senales-saturacion-digital-saturacion-tecnologica_30928963.html

Fuentes: Google y Bioguía.

Publicado el Deja un comentario

Calles comerciales techadas japonesas

Japón ha adoptado muchas costumbres occidentales y se ha modernizado muchísimo, sin embargo una costumbre que está muy arraigada a su cultura es la del «shōtengai» o calles comerciales techadas.

Los shōtengai pueden ser una o varias calles que se entrecruzan para formar un núcleo o zona comercial. A pesar que hay menos que en el pasado, todavía siguen siendo comunes en algunos barrios y no es necesario recorrer grandes distancias para hacer las compras. Aquí podremos encontrar todo lo necesario para resolver nuestra vida cotidiana: farmacias, carnicerías, sastrerías, electrónica, orfebres, bares e incluso hasta algún club nocturno.

Los japoneses tienen la costumbre de la proximidad cuando comercian. Los locales generalmente están atendidos por sus dueños y los mismos llevan décadas haciendo lo mismo. Esto asegura un trato excelente y fidelidad por parte de los clientes.

Además de encontrarse negocios interesantes y productos de primera calidad, los shōtengai son un pintoresco atractivo turístico.

Publicado el Deja un comentario

Mitología japonesa: los Tengu

Tengu (天狗) se podría traducir literalmente como «perro celestial» y es una criatura propia del folklore fantástico japonés. Si bien proviene del demonio chino tiangou, el tengu se representa con una criatura humanoide con aspecto de ave. Con el tiempo fue cambiando su aspecto de ave y su pico pasó a ser una nariz muy prominente.

Los tengu estaban asociados con el advenimiento de alguna guerra. Tenían la mala reputación de hacer desaparecer monjes, poseer mujeres para tentar a los hombres santos o saquear templos. Algunas tradiciones los señalaban como espíritus reencarnados de monjes furiosos o herejes. Otra característica de estos demonios era la de poseer un gran orgullo y vanidad.

Con el tiempo, la imagen de estos seres se fue suavizando, hasta llegar -en algunos casos- a convertirse en una deidad bondadosa, protectora de algunos templos budistas.

Karasu tengu (Tengu cuervo).
Templo budista en Miyajima en Hiroshima.

En lo que respecta a las artes marciales, los tengu eran expertos espadachines. Es por eso que algunos apodaron «Pequeño tengu» a Miyamoto Musashi.

Fuente:

https://www.japan-experience.com/to-know/understanding-japan/tengu